Para comenzar a entender con mayor claridad lo que implica la Web3, es necesario retroceder hasta 1993, año en que la utilización de la World Wide Web (www) se democratizó, brindándonos la posibilidad de sumergirnos en el mundo de Internet con el objetivo de buscar o compartir información.
Desde entonces, hemos sido testigos de una evolución a gran escala, aunque sin cambios radicales que hayan transformado significativamente nuestro comportamiento en este entorno. Durante esos años iniciales, cuando operábamos en la conocida Web 1.0, estábamos inmersos en un modelo de web unidireccional en el que solo se publicaba información desde el creador de la página web, presentando de forma estática la información para aquellos que tuvieran acceso a esa conexión y ofrecía la oportunidad de consumirla.
Con el paso del tiempo y el avance de la tecnología, hemos ido evolucionando hacia un modelo más avanzado: la Web 2.0, en la cual algunos expertos argumentan que aún nos encontramos, con ciertos avances que permiten convertir Internet en un entorno bidireccional. En este modelo, no solo se publica contenido, sino que también se recopila información, se establecen conexiones y se construyen comunidades.
Este tema fue desarrollado por Carlos Viera, experto en estrategias y desarrollo de proyectos digitales, en una conferencia online.
Tanto empresas como usuarios, para aprovechar la estructura que nos ofrece esta nueva era digital, necesitamos una red de infraestructuras que aseguren una conectividad constante. Necesitamos disponer de conexión y accesibilidad robusta en todas partes del mundo. Según datos proporcionados por Carlos, el 64.4% de la población mundial (más de 5160 millones de habitantes) tiene acceso a internet. Esto nos ha llevado a dar el salto a la quinta generación (5G) de tecnología de comunicaciones, ya que necesitamos internet estable para manejar el creciente volumen de información y trabajar con tecnología más avanzada que requiere un procesamiento más potente. Esto implica una demanda de mayor velocidad y capacidad de procesamiento para adaptarnos al panorama digital en constante evolución.
Para todo ello, hay ciertos componentes que necesitamos para que nuestra experiencia con la web3 sea provechosa. Algunos de ellos son:
El Edge Computing, como menciona Carlos, es un tipo de informática que se desarrolla en la ubicación física del usuario o cerca de la fuente de datos. Este enfoque proporciona servicios más estables, rápidos y a un menor costo. Para los usuarios, implica una experiencia más rápida y uniforme, mientras que, para las empresas, permite aplicaciones con baja latencia y alta disponibilidad.
Esta tecnología brinda la capacidad de llevar el poder de procesamiento lo más cerca posible del punto donde se solicita la información, lo que multiplica los puntos de conexión y el acceso a la información, manteniendo estabilidad y velocidad.
La computación cuántica implica supercomputadores capaces de procesar información de manera revolucionaria. A diferencia de la computación clásica, su código no se basa en el sistema binario, sino en una probabilidad entre 0 y 1. Esto significa una capacidad de procesamiento infinitamente superior a la de las máquinas actuales que gestionan la información en internet. En este contexto, la Web3 busca devolver el control y la propiedad de los datos a los usuarios, permitiendo a cada usuario tener capacidad de control independiente.
Es un sistema descentralizado que funciona como un registro, un libro de cuentas digitales distribuido o compartido entre muchos participantes. Una vez que la información se introduce en la cadena de bloques, nunca puede ser borrada. La cadena de bloques de Bitcoin, por ejemplo, contiene un registro certero y verificable de todas las transacciones que se han realizado en su historia.
Este modelo revoluciona la forma en que nos relacionamos con otros individuos al permitirnos saltar de plataforma en plataforma. Además, nos ofrece la posibilidad de ser totalmente anónimos sin necesidad de iniciar sesión, todo en un entorno muy seguro y transparente. Este tipo de innovación es clave en la transición hacia la Web3.
Viera comenta que el no-code/low-code está revolucionando la forma en que creamos y desarrollamos en la era de la Web3. Nunca había sido tan sencillo entrar en el mundo de la programación (sin saber programar) y la accesibilidad se convierte en una parte fundamental gracias a esta tendencia.
En el desarrollo y adaptación de entornos, incluso en casos de gestión propia, la simplicidad va en aumento. Ya no es necesario tener un profundo conocimiento de los lenguajes de programación; ahora todo se trata de plug and play. La gestión del código se reduce al mínimo, permitiéndonos lanzar y crear plataformas de manera colaborativa sin la necesidad de comprender el lenguaje de programación. La integración de la inteligencia artificial en este proceso es esencial para facilitar aún más la experiencia.
El usuario demanda accesibilidad de algo que, hasta la fecha, estaba manejado por unos pocos. Demandamos acceso a un entorno cada vez más inmersivo y es ahí donde se cuelan: Realidad Virtual, Realidad Aumentada, Realidad Mixta o Realidad Extendida. Estos cuatro modelos vendrían a ser, explica Carlos, la llave para que encajemos en este puzzle donde convergen la Web3 y el Metaverso.
Metaverso: fusión de realidad virtual, aumentada, mixta o extendida
Todas estas nuevas tecnologías se han ido desarrollando no solo por nuevos comportamientos del usuario y lo que demanda, sino también por la caída que ha tenido la manera en cómo atendemos a las pantallas. El tiempo nos ha enseñado que conforme pasan los años, las pantallas han ido creciendo; sin embargo, los estudios revelan que el nivel de atención y sobre todo la captación de la atención de parte de las compañías que generan estos dispositivos, ha ido reduciéndose. Es aquí donde el salto de cambiarle una pantalla, que el usuario tiene en su mano, con los dispositivos móviles, a capacitarle y ponerle unas gafas de realidad virtual que lo ayude a interactuar de otra manera, supone un cambio radical en su atención.
Este es un espacio digital tridimensional donde el usuario es el protagonista, explorando en primera persona y experimentando una amplia gama de sensaciones multisensoriales, desde la vista hasta el tacto y el olfato. En este contexto, el contenido espacial cobra vida, amplificando tanto la información real como la virtual. Con el avance de esta tecnología, Carlos aconseja no perder de vista la incursión en el Metaverso si se tiene en mente desarrollar algún tipo de servicio. Ya algunas organizaciones como Amazon, Meta, Microsoft, entre otras, se están desarrollando en este campo. Además, los avances en el área de ingeniería, como el desarrollo de motores antes de hacerlos realidad, están impulsando aún más esta evolución tecnológica.
La inteligencia artificial, especialmente la IA generativa, es un aspecto fundamental en la actualidad. Sin embargo, no se limita únicamente a ese ámbito. ChatGPT, por ejemplo, ha sido un pionero en acercarnos a esta nueva revolución, pero su impacto va mucho más allá.
Actualmente, se está desarrollando un modelo de relación muy confiable entre humanos y la inteligencia artificial. Esta convergencia entre el metaverso y la IA se perfila como un catalizador perfecto para acelerar el desarrollo de todas las innovaciones que estamos presenciando hoy en día, permitiendo lograr resultados en un tiempo más corto y, en muchos casos, de manera más eficaz.
Una de las manifestaciones más destacadas de este avance son los "digital humans": avatares hiperrealistas y altamente automatizados, dotados de empatía e inteligencia artificial. Están diseñados con el propósito de mejorar la calidad de vida de las personas. De este modo, la IA no solo se limita a la inteligencia cognitiva, sino que también adquiere una apariencia tangible y cercana a la experiencia humana.
Aún no se tiene muy claro hacia dónde vamos en este campo respecto a temas regulatorios, pero los gobiernos ya están trabajando en ello. Carlos nos invita a experimentar en estos entornos y con estas nuevas tecnologías que, en unos años, asegura, nos traerán más de una novedad.
Carlos Viera Estarás, con más de 20 años de experiencia en marketing, publicidad y comunicación, ha dejado marca en varias agencias donde ha colaborado con nombres destacados como El Corte Inglés, Banco Santander, Cortefiel y Telefónica España. Además, ha ofrecido servicios de marketing y publicidad a empresas del sector del entretenimiento, incluyendo distribuidoras de cine y videojuegos. Sus especialidades abarcan estrategias digitales, proyectos de desarrollo y su pasión por el Email Marketing, SEO y Social Media.
Actualmente, su enfoque se diversifica: disfruta de su papel como docente y director en EUDE DIGITAL Institute of Business & Technology, vinculado a EUDE Business School. A lo largo de casi una década, ha sido guía para miles de estudiantes. Simultáneamente, comparte su experiencia a través de consultorías tecnológicas, asistiendo a empresas en su viaje hacia la Transformación Digital.